Para los fenicios el cuerpo era una expresión material del universo a través del cual se desarrollan las actividades físicas, estéticas y románticas. Era el medio que tienen los seres humanos para relacionarse entre sí, para aplicar la justicia, para vivir la amistad, interactuar con la familia, participar en la vida social. El cuerpo no tenía connotaciones negativas, ni era un aspecto despreciable del ser humano. Junto con el pensamiento constituían la base de la vida.
Como todo lo que hay en el universo, el cuerpo está formado por materia y energía universal. Por lo que el cuerpo se rige por las mismas leyes del cosmos, es decir, guarda un orden y ese orden tiene una lógica, tiene un porqué y puede ser entendido.
La relación con el cuerpo debía estar regulada por las virtudes, no dejarse llevar por los impulsos, alejarlo de los vicios y siempre buscar actuar de manera racional. El cuerpo debía vivirse conforme a su naturaleza, pero sin dejarse llevar por las pasiones. Cuidar el cuerpo físico de una manera lógica y con una actitud ética.
En caso de problemas, adversidades y enfermedades del cuerpo, debía actuarse de una manera lógica, con calma y serenidad, y buscar la razón del mal y tratar de resolverlo, en consecuencia actuar con conocimiento y ética para afrontar el problema.